miércoles, 19 de noviembre de 2014

FREDERICK TEJEDA: EL MONSTRUOSO IDIOTA QUE SOÑÓ CON SER IMPORTANTE




Frederick Tejeda, acosador sádico y pervertido


 
 
 
INDESEABLE 1: Frederick Tejeda
Edad (Cuando inició el acoso): 19 años
Estudiante de psicología en Southwestern College, California
Excusa para sus ataques: "Violó a mi prima". Y más tarde: "No violó a mi prima, en realidad soy un genio enfrascado en estúpidos experimentos psicosociales".
Realidad: Soy un acosador, un monstruo pervertido.



Creó el espacio en Facebook "Mother Of Bebecito Emoxito", vehículo de caracter viral para toda clase de insultos y abusos dirigidos a la imagen de Alexis Villanueva, de 20 años. La naturaleza y la intensidad de los ataques alcanzaron niveles realmente despreciables, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de estos hacían referencia al aspecto físico de la víctima, afectado por el síndrome de Apert (trastorno congénito que afecta a la formación del cráneo, las manos y los pies). Evidentemente estamos ante una persona sin empatía alguna, ansiosa de notoriedad y, por el trazo grosero de su trayectoria, bastante idiota. El monstruo llamó monstruo a su víctima, la rebajó en público, la humilló, utilizó todos los medios que pudo reunir para cazarla y destruirla, y todo por mera diversión. Cuando fue preguntado por el motivo que le llevaba a comportarse así, Frederick, nuestro estúpido monstruo, se colgó el disfraz de obstinado vengador y no dudó en señalar a su víctima y culparla de haber violado a una familiar cercana. A nadie le sorprenderá que un mierda de este calibre eche mano de mentiras igual de monstruosas que él para justificarse, como tampoco es cosa de sorpresa escuchar su segundo subterfugio, una vez se demostró la inocencia de Alexis: "Realmente la culpa es de aquellos que creyeron mis mentiras...", y añadió: "Volvería a repetirlo". Despreciable, ¿verdad? Y sin embargo, existe algo mucho más despreciable que él, más monstruoso. Cuesta aceptar que una plataforma creada por y para el odio como "Mother Of Bebecito Emoxito", en la que se linchaba diariamente a una persona indefensa, llegase a tener 98.084 "Me gusta", cuesta creer que todos esos participantes se uniesen al acosador en sus ataques, que no reaccionaran a favor de la víctima, que no hicieran nada por detener esta injusticia. Trae a mi memoria aquella moralina de vodevil que animaba a la gente a reírse del diferente, y más tarde, a exterminarlo en cámaras de gas. ¿Tan poco hemos cambiado? De no ser por el interés del investigador Oxlack Castro (verdadero adalid defensor en todo este caso) los abusos continuarían, toda esa gente que ahora se horroriza de lo sucedido seguiría aplaudiendo y arrojando frutas podridas al rostro de Alexis, bailando al son de un imbécil como Frederick Tejeda. Aún hoy pueden encontrarse múltiples perfiles falsos de Alexis Villanueva en Facebook, perpetuando la cruel broma; incluso el espacio original "Mother Of Bebecito Emoxito", lejos de haber sido cerrado, continúa existiendo (con ¡843 "Me gusta"!), renegando de sus pecados, enfocando su existencia hacia otros caminos, pero conservando las fotografías y las caricaturas de su víctima, como si fuesen los trofeos de un maldito pervertido. No lo dudéis, antes o después este sujeto volverá a hacerlo, es la naturaleza del acosador. Está en vuestra mano seguir sus huellas de mierda o plantarle cara.






sábado, 15 de noviembre de 2014

CRIMINALES EN LA RED




El acosador sólo necesita de un ingrediente para iniciar su particular guerra: el odio. Ningún otro ingrediente es tan volátil y abundante como éste; todos hemos sido odiados en algún momento de nuestra vida, o lo seremos en el futuro, por motivos que escapan muchas veces a nuestra comprensión. Todos hemos odiado, contamos con ello, y también con la fugacidad de su influencia. Pero a veces sucede que el odio se enquista en una persona, hundiéndose y pasando a formar parte de su torrente sanguíneo. Estas personas se convierten en títeres de su lado más sádico y repulsivo. Obligadas a evacuar el veneno que las consume por dentro, buscan la fuente de su sentimiento, la persona que despertó en ellos el celo, la envidia, el deseo de imponerse, y se afanan en destruirla. De este modo, con una chispa tan mundana, comienza el acoso. Actualmente, la red se ha convertido en un caldo de cultivo más que idóneo para este tipo de práctica; la sensación de impunidad, la aparente seguridad que ofrece a los atacantes, la convierten en el perfecto torreón desde el que disparar contra las víctimas. Los casos se cuentan ya por miles, todos con un perfil casi idéntico: sujeto resentido se sirve de blogs, mails, o redes sociales para ensuciar el nombre de la víctima, tejiendo alrededor de esta una telaraña de embustes y calumnias que acaban aislándola, y convirtiéndola en un blanco aún más fácil para sus ataques. Por norma general los ataques cesan cuando el entorno reacciona de forma saludable, ignorando los argumentos del atacante y recelando de sus intenciones, pero esto no sucede casi nunca. La mayoría de los testigos miran hacia otro lado, o jalean favorablemente el comportamiento del acosador, por considerarlo divertido y hasta justo. Esta masa gris e indecisa se acaba convirtiendo en cómplice del agresor. También es bastante común encontrar personas que se sirven de los ataques del acosador para sus propios fines. Esta es la triste verdad, éste es el entorno al que se enfrenta la víctima.
Una situación de ciberacoso puede durar años. La ley es lenta y estos criminales se aprovechan de esto. A menudo la víctima termina somatizando la frustración y la rabia contenidas, padeciendo de fuertes ataques de ansiedad que en la mayoría de los casos necesitan de tratamiento. Su entorno laboral y social se verá terriblemente afectado, y se topará con cientos de muros infranqueables que considerarán su caso un problema tonto de fácil solución. Todas las víctimas lo explican del mismo modo: "hay que vivirlo para conocer su importancia". Son muchos los casos que han terminado en suicidio, otros se alargan en el tiempo como un infierno mudo e invisible que nadie tiene en cuenta. Siendo conscientes de esta realidad, CRIMINALES EN LA RED pretende dar espacio a todas esas personas que están viviendo un caso de ciberacoso, y también a todas las que quieran denunciar contenido inadecuado u ofensivo en blogs, webs o redes sociales. Este blog carece de poder judicial para poner fin a los ataques, pero sí servirá para advertir a otras personas sobre comportamientos delictivos y evitarles así tropezar con la misma piedra. Paremos entre todos este abuso.